En el marco de las elecciones municipales celebradas el 27 de junio, el chavismo obtuvo una victoria general y contundente, lo cual consolida una mayoría abrumadora en los cargos de alcaldes y concejos municipales en las 335 circunscripciones del país.
Este proceso comicial cierra un intenso ciclo de renovación de cargos de escogencia popular en todas las instancias de los poderes Ejecutivo y Legislativo, desde los niveles nacional hasta el local.
Las jornadas y sus resultados plantean elementos claves para el análisis político.
PARTICIPACIÓN
Según el primer boletín emitido por Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), la participación alcanzó más de 44% de los "electores activos", lo que equivale a 6 273 531 ciudadanos que ejercieron su derecho al voto.
El CNE no ha precisado aun la definición del término "electores activos". No obstante, según los datos disponibles, podría referirse al conjunto de ciudadanos con posibilidad de sufragar dentro del territorio nacional, considerando que en esta jornada no fue habilitado el voto desde el extranjero y que una porción significativa del Registro Electoral Permanente (REP) se encuentra fuera de Venezuela sin haber formalizado su cambio de residencia.
Con base en estos elementos, casi la mitad de los ciudadanos habilitados para sufragar acudió a los comicios, lo cual representa una participación moderada, acorde con el tipo de elección municipal.
CONSULTA POPULAR
En paralelo a los comicios se llevó a cabo el mecanismo de Consulta Popular, una iniciativa novedosa orientada a someter a consideración ciudadana proyectos de desarrollo local.
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, destacó que, debido a la coincidencia con las elecciones municipales, esta fue la Consulta Popular con mayor participación registrada hasta la fecha.
ALCALDÍAS
Según informó el presidente Nicolás Maduro en una alocución desde el Palacio de Miraflores, el chavismo habría ganado aproximadamente 285 alcaldías, mientras que la oposición obtuvo unos 50 cargos.
Hasta antes de estos comicios, las fuerzas opositoras mantenían el control político en 123 municipios, lo cual significa que han perdido más de la mitad de sus posiciones. A partir de ahora el chavismo ejerce dominio en 85% de los municipios del país.
Tal resultado constituye el peor desempeño de las oposiciones en unas elecciones municipales en la historia de la República Bolivariana. Cabe recordar que en 2017 el chavismo ya había alcanzado 309 municipios, pero en aquella ocasión la oposición contaba con una presencia territorial más amplia.
CIUDADES CAPITALES
Históricamente, varias capitales de estado han sido reductos claves del voto opositor. Sin embargo, el desplome de las coaliciones antichavistas ha derivado en un resultado adverso sin precedentes.
En esta ocasión el chavismo se impuso en las 23 alcaldías de capitales estadales, así como en la Alcaldía de Caracas (municipio Libertador), escenario que refleja una transformación significativa en el mapa político nacional.
LAS OPOSICIONES MANTIENEN ALGUNOS BASTIONES
Pese al resultado general, las fuerzas opositoras lograron mantener el control en algunos municipios considerados "bastiones" tradicionales del antichavismo.
En el estado Miranda, por ejemplo, conservaron Chacao, Baruta y El Hatillo, territorios que forman parte del denominado Eje Metropolitano, históricamente opositor en la Gran Caracas. Por su parte, el chavismo logró la victoria en el municipio Sucre, sede de la populosa parroquia Petare.
Asimismo, la oposición obtuvo alcaldías en localidades estratégicas de otros estados, como Lechería en Anzoátegui y San Diego en Carabobo.
¿ABSTENCIÓN O DESLAVE ORGANIZATIVO DE LAS OPOSICIONES?
En numerosos municipios el chavismo alcanzó victorias con porcentajes superiores a 70% e, incluso, cercanos a 80% de los votos. Estas cifras, altamente asimétricas, escapan a los márgenes electorales habituales y sugieren un fenómeno de abstención selectiva entre sectores opositores.
No obstante, en al menos 50 municipios los grupos opositoros lograron articular estrategias efectivas de propaganda, movilización y organización, lo que los condujo a victorias que demuestran que no todos los sectores respondieron a llamados de abstención.
Los resultados indican que las hipótesis de la abstención y del deslave organizativo no son excluyentes, sino complementarias. Ambas condiciones coexisten: por un lado, la ausencia de votantes opositores en ciertos territorios; por otro, el deterioro en la capacidad de organización de las estructuras antichavistas en muchos municipios.
Este escenario es consecuencia directa de la deriva estratégica que afecta a los liderazgos opositores, marcada por la falta de unidad, coherencia y planificación política.
El resultado electoral, profundamente adverso para todo el ecosistema político antichavista, evidencia una división estructural profunda, una ausencia crítica de conducción y graves deficiencias en la articulación estratégica y táctica, tanto a escala local como nacional.
DEBILIDADES DE LA OFERTA POLÍTICA
Otro factor crucial que explica el pobre desempeño de la oposición fue la debilidad de su oferta electoral en múltiples municipios.
No existe cohesión entre los partidos opositores. La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que antaño agrupaba diversas organizaciones, se encuentra disuelta de facto. En estos comicios participaron al menos tres coaliciones opositoras distintas, además de un número significativo de candidaturas independientes, lo que fragmentó aun más el voto antichavista.
Asimismo, se observaron candidaturas débiles, respaldadas por organizaciones con escaso arraigo territorial o sin capacidad de movilización social.
El resultado fue que dichas propuestas no lograron convocar a la ciudadanía sino que, en muchos casos, generaron desmotivación y así profundizaron climas de apatía y sensaciones de derrota anticipada.
DERROTA ESTRATÉGICA
La victoria del chavismo es contundente tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Desde este momento el movimiento asegura una gobernanza amplia y profunda en múltiples niveles de la administración pública local.
Para las oposiciones en su conjunto, en cambio, el resultado representa una clara derrota estratégica. Se trata de uno de sus peores saldos en su historia reciente en la lucha por la representación política.
Desde la perspectiva antichavista, el nuevo mapa electoral ilustra un proceso de derrota sistémica y sostenida. Este descalabro político profundizará el descontento y debilitará aun más los vínculos entre la ciudadanía opositora y sus dirigentes.
A escala estadal y municipal, ciertas fuerzas opositoras pierden un ciclo político prolongado. Han desperdiciado el trabajo acumulado entre 2021 y 2025 y quedarán sin representación hasta 2029. El deterioro de los liderazgos locales se traducirá en un debilitamiento estructural de sus fuerzas, lo cual limitará su capacidad para influir en la política nacional.
REALIDADES LOCALES
Las elecciones municipales tienen un impacto directo y profundo en la vida cotidiana de la población. Este aspecto es particularmente relevante en los municipios del interior de los estados, que constituyen la mayoría del país.
En muchos casos los votantes adoptan una postura pragmática: prefieren alcaldes con capacidad de gestión, eficacia en la resolución de problemas y cercanía con las comunidades.
Además, en diversos territorios se valora la calidad de articulación entre las autoridades municipales, regionales y nacionales ya que facilita una gestión más coordinada y eficiente.
El resultado favorable al chavismo el 27 de julio obedece, en gran medida, a estas particularidades del electorado municipal, que tiende a rechazar la posibilidad de gestiones ineficaces por parte de alcaldes antichavistas.
El domingo pasado, además, se reeligieron a numerosos alcaldes chavistas, lo cual refleja una combinación de factores: el pragmatismo electoral, el estilo de trabajo de los dirigentes, la continuidad en las políticas públicas y la articulación entre los niveles de gobierno.
En conjunto, estos elementos inclinaron la balanza a favor del chavismo en la mayoría de los municipios del país.