En menos de un año el know-how científico ruso dio con cuatro temazos:
1. Oreshnik: misil hipersónico, ya probado en el campo de batalla ucraniano.
2. Burevestnik: o el "trae-tormentas", con un buen timbre a lo Deep Purple. Misil crucero nuclear con alcance ilimitado.
3. Poseidón: torpedo de propulsión nuclear, capaz de merodear bajo el agua sin ser detectado, por un tiempo ilimitado; luego, al recibir una orden, ataca las costas enemigas con una carga nuclear, provocando un tsunami radioactivo. En gran medida excede el poder destructivo del Sarmat, el misil balístico intercontinental (ICBM) más grande de Rusia.
4. Khabarovsk: submarino nuclear. Llámenlo "el mensajero de la muerte": capaz de entregar al menos seis poseidones capaces de habilitar el juicio final.
El presidente Putin fue muy claro al detallar algunos de los hechos clave. Los "sistemas nucleares compactos" utilizados en el Burevestnik y el Poseidón "también pueden adaptarse para crear nuevas fuentes de energía, incluso para el Ártico".
Putin también destacó cómo ambos el Burevestnik y el Poseidón "solamente usan partes hechas en Rusia". Alabado sea el señor por esos chips de lavadoras soviéticas actualizadas.
Y hay mucho más por venir tras los pasos del Burevestnik y el Poseidón: "Hablo del sistema Avangard, o la producción serial del sistema de misiles Oreshnik, pronto el misil Sarmat intercontinental pesado".
El Sarmat -apodado Satán II- entrará en combate el año que viene: un ICBM súper pesado, cargando diez ojivas pesadas, y compatible con el planeador hipersónico Avangard, capaz de esquivar cualquier sistema anti misiles balísticos.
Bienvenidos a la primera generación de misiles crucero a propulsión nuclear de Rusia, con reactores que van online en segundos, y tres veces la velocidad del sonido, enfilándose rumbo a estatus hipersónico.
En corto: Burevestnki y Poseidón "asegurarán la paridad estratégica para todo el siglo XXI".
Corte al atronador silencio que se escuchó en toda la esfera de OTANistán, permeado por el habitual gagueo del "los rusos están blofeando".
¿A quién le importa? Los hechos son tercos, y continúan siendo incontrovertibles. Factos extra: Putin y Xi firmando la legalización de un acuerdo de protección mutua de inversiones, lo que se traduce en China protegiendo compañías rusasm por el valor de billones de dólares, Sberbank, Rosneft y Lukoil en caso de una guerra potencial Rusia-OTAN.
O, en términos de conectividad de corredores en Eurasia, tomen a Putin, durante la cumbre Rusia-Asia Central, proponiendo unificar los proyectos de logística euroasiáticos en una sola red: "Esto nos permitirá aumentar exponencialmente el volumen de transporte internacional a través de nuestra región compartida".
El enorme potencial económico/comercial de Eurasia todavía sigue en gran medida sin explotar. Corte a la meta ruso-china de construir un cinturón del lejano oriente ruso a Asia Central.
No tengo ningún acuerdo con Rusia-China
Pues bien, estos hechos agudos están integrados a la nueva y emergente realidad global, ahora un proceso histórico, en contraste pronunciado con los paroxismos de Desesperación Profunda exhibidos por el occidente fragmentado y, muy importante, el ascenso y ascenso del bullying unilateral del Imperio del Caos.
Muestra número 1, por supuesto, Venezuela.
El Director del Circo -un remix renovado de la guerra contra las drogas con la guerra contra el terror- está sopesando:
Bombardear bases militares venezolanas; despliegue de los SEALS para capturar o asesinar al presidente Maduro; "asegurar", es decir, invadir y tomar, los campos petroleros venezolanos, luego de controlar aeródromos claves ; o, incluso, todas las anteriores.
Trump 2.0, baipaseando totalmente al congreso y por supuesto la ilegalidad de asesinar a líderes extranjeros, ya está esbozando "justificaciones" legales dudosas para ir por Maduro como un "narcoterrorista", para el deleite de la premio nobel quintacolumnista Machado, la Guaidó femenina.
Operaciones psicológicas totales en pleno despliegue, completado con intimidantes bombarderos B-52 y B-1 y el despliegue del portaviones Gerald R. Ford y miles de tropas.
Los venezolanos, no obstante, no están muy impresionados. Diego Sequera, del excelente Misión Verdad, señala que "si ves cómo se ven las cosas desde aquí te queda la sensación de que nada va a pasar. No hay colapso social, nadie está volviéndose loco. Todo el mundo está en sus asuntos, buscando la plata con un ánimo de fiestas de fin de año".
Aún así, tendrán que driblarle maestro del circo, que quiere, demasiado, todo ese petróleo (la absorción de recursos naturales es esencial para mantener al Imperio) y la única obsesión en la vida del patético, gusano, neocon de Marco Rubio: cambio de régimen en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Y esto nos trae, una vez más, al drama insoluble del Imperio del Caos. TACO Trump (TACO por Trump Always Chicken Out: Trump siempre arruga), incluso si su cerebro no es capaz de conceptualizarlo, pudiera estar cayendo en cuenta de la cruda realidad: no puede "ganar" -o imponer un "acuerdo"- sobre la asociación estratégica Rusia-China.
Al contrario: necesita encontrar tácticas diversionistas para evadir el hecho de que se le está infringiendo una derrota estratégica colosal en Ucrania (sí, ahora su guerra) mientras que simplemente no tiene las cartas (todas hechas en China) para ganar una guerra comercial-arancelaria-tecnológica prolongada contra Beijing, como se demostró en ese G-2 en Corea del Sur. El desacople gestionado ya está en curso.
Aún así, la alucinación suprema sobre el poder militar de los Estados Unidos persiste, gráficamente encarnado en el bufonesco Secretario de las Guerras Eternas. ¿No puede hacerle daño a Moscú o Beijing? Con Caracas es suficiente.
Ay ese ruido y furia shakesperiano significando nada, mientras el Imperio del Caos se devora a sí mismo al recolonizar a sus cachorros vasallos (Europa), el chantaje financiero, mientras amenaza/le hace bullying a latitudes del Sur Global seleccionadas.
Emmanuel Todd lo ha resumido todo, sucintamente. Qué hacer cuando "esta es, en efecto, la primera derrota estratégica estadounidense en una escala global, en un contexto de desindustrialización masiva en Estados Unidos y reindustrialización dificultosa", mientras que "ya es demasiado tarde para competir (con China) en el plano industrial".
Por lo tanto el vociferante, patán Director del Circo, sin emitir una palabra (un milagro, en su caso en particular) progresivamente alcanzando territorio TACO en esteroides cuando se trata de Rusia-China.
Ese es nuestro llamado a escena para una nueva serie de Netflix: el Imperio de la Ira intentando golpear irracionalmente, contra cualquiera, contra cualquier nación, que considera más débil: una demostración gráfica de su enorme resentimiento. Aquellos botes pesqueros están llenos de narcoterroristas porque yo lo digo. Mátenlos a todos.
Un peligro extra es que los eurochihuahuas toman una seña de este impulso irracional para aumentar sus provocaciones rusofóbicas intergalácticamente. La única forma racional de lidiar con esto serían oreshnikizarlos.
Las montañas son altas, pero el Emperador está en todos lados
Un lema clásico chino, repetido dinastía tras dinastía, alegremente dice que "las montañas son altas, y el Emperador está lejos". Bueno, en nuestro caso contemporáneo, no hay cumbre lo suficientemente alta -para citar a Motown- y el omnipresente Emperador del Caos, habilitado por inteligencia artificial, está en todas partes.
Pero incluso esto no es suficiente para evitarle el colapso desde adentro de su propia burbuja esquizofrénica, librando temor primigenio a las plutocracias entrelazadas del Big Money, Big Oil y el Big Tech.
El epicentro de la distopía: no es difícil hacer el mapa del profundo y oscuro vacío geoestratégico de las autodenominadas "elites" en el que se zambulleron a sí mismas.
Y esto nos lleva al cómo -en cuál registro- el liderazgo ruso está viendo el show. Sin expectativas: prevalece el realismo.
Puede que haya una escalada Trump 2.0 en Ucrania, o no. Puede que haya un ataque devastador contra Irán, o no. Puede que haya un intento de cambio de régimen serio en Venezuela, y esta es una certeza cercana. Trump 2.0, después de todo -completo con oligarcas sionistas haciendo los coros- es un ámbito privilegiado psico-killer.
Y luego está la quimera mayor: la desdolarización, que está ocurriendo en la práctica, lenta pero segura, sin ser nombrada, en varios dominios. Solamente hace cuatro meses, el Director del Circo estaba en pánico: "Los BRICS se crearon para agredirnos; los BRICS se establecieron para degenerar nuestro dólar y tomar nuestro dólar de ser el patrón estándar".
El pánico sigue ahí. Así que cuando se dude -y cuando no puedes atacar a Rusia-China- la otra "mejor" opción es atacar a otro miembro BRICS. Exigirle la capitulación a Irán. O verán. Teherán, tanto como Caracas, no está impresionada.
La sabiduría china, una vez más, puede resolver el enigma: "Dejen que sea fuerte, la briza volará sobre las colinas; dejen que sea arrogante, la luna resplandeciente brillará sobre los vastos ríos".
Va a ser un paseo rudo, el ver hacia el abismo del Imperio del Caos sin permitirle que desencadene la Demencia Total, desestabilizando África, Asia occidental, el Caribe, todas partes, usando el libreto Al Qaeda de Siria (el antiguo cortacuellos está por ser recibido pronto en el Despacho Oval).
¿Están China-Rusia -y buena parte de la mayoría global- realmente preparadas? Llamémoslo un voto auspicioso.
Publicada originalmente en Strategic Culture Foundation el 5 de noviembre, la traducción para Misión Verdad la realizó Oleno de los Santos Valentín León-García y marqués de Villavicencio.