Venezuela continúa desplegando su diplomacia como punta de lanza para la construcción del orden multipolar. En esta oportunidad lo hace con Kazajistán, potencia estratégica de Asia Central con la que afianza la cooperación en materia energética y geoeconómica.
Durante su visita oficial a Rusia el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvo un encuentro con su homólogo kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, que estuvo centrado en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales con proyección hacia 2030. La agenda incluyó asuntos relevantes como diplomacia, finanzas, transporte, comercio, seguridad global, energía y la exportación de productos venezolanos con alto potencial para el mercado centroasiático, como el cacao y el café.
Estos intercambios se desarrollaron en el marco del 80 aniversario de Día de la Victoria en la Federación de Rusia. El acercamiento Caracas-Astaná se inscribe, además, en la arquitectura de alianzas tejidas por Venezuela para reforzar su posicionamiento energético global, y con vistas a abrir nuevas rutas de colaboración más allá de los tradicionales socios occidentales.
Una década de acercamiento
En los últimos años estos dos países han fortalecido sus relaciones bilaterales y han consolidado un vínculo que abarca diversos sectores económicos, con énfasis en la cooperación energética.
Las relaciones diplomáticas se formalizaron en 2011, cuando Venezuela designó un embajador residente en Astaná. En 2015 se estableció oficialmente la embajada venezolana en la capital kazaja. Ese mismo año, el presidente Maduro se reunió con el expresidente kazajo, Nursultán Nazarbáev, durante la conmemoración del 70 aniversario de la victoria soviética sobre el nazismo.
En septiembre de 2017 el mandatario venezolano realizó una visita oficial a Kazajistán para participar en la primera Cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica en Ciencia y Tecnología y en la clausura de la Expo Astaná 2017. Allí se reunió nuevamente con Nazarbáev y destacaron la importancia de diversificar las relaciones económicas y comerciales y de consolidar una diplomacia multisectorial orientada hacia un mundo multipolar.
En los años siguientes ambos países continuaron fortaleciendo sus lazos a través de iniciativas parlamentarias y diplomáticas.
- En 2024 la Asamblea Nacional venezolana instaló el Grupo de Amistad Parlamentaria Venezuela-Kazajistán con el objetivo de impulsar y consolidar las relaciones diplomáticas y la cooperación entre ambos países.
- En octubre de ese mismo año el viceministro de Energía y Cooperación Internacional de Kazajistán, Yerlan Akkenzhenov, recibió a la embajadora venezolana Rosalba Lo Bue Antico para explorar oportunidades de cooperación e inversión en el sector energético. Ambos representantes acordaron iniciar los preparativos para promover una agenda de reuniones entre las altas autoridades gubernamentales y construir un instrumento para ejecutar estos objetivos.
¿Qué beneficios trae la cooperación energética con Kazajistán?
Kazajistán alberga las segundas mayores reservas probadas de petróleo en Eurasia y concentra cerca del 50% de las reservas de hidrocarburos del mar Caspio. El país gestiona algunos de los yacimientos más relevantes de la región —Tengiz, Karachaganak y Kashagan— mediante un ecosistema energético robusto que combina una fuerza laboral altamente especializada con una red de empresas de servicios consolidada, capaz de exportar tecnología y conocimiento técnico. En este sentido, la alianza parte de intereses y potencialidades materiales concretas.
Venezuela, por su parte, atraviesa una etapa de reactivación estratégica de su industria petrolera y gasífera, impulsada por un enfoque de cooperación internacional que prioriza la soberanía nacional. En este marco, la transferencia tecnológica, la formación de talento técnico y el impulso de proyectos energéticos binacionales se perfilan como pilares fundamentales. Una de las apuestas más prometedoras es el interés en trabajar con KazMunayGas, la empresa estatal kazaja de petróleo y gas, reconocida por su alta capacidad operativa y tecnológica.
La seguridad energética representa otro eje de oportunidades. Kazajistán logró una cobertura nacional de gasificación de 60% en 2023 y proyecta su expansión en los próximos años. Esta experiencia puede ofrecer valiosas enseñanzas para Venezuela, especialmente en el diseño de políticas públicas para mejorar el acceso al gas doméstico, optimizar la distribución y fortalecer la infraestructura técnica del sector.
Finalmente, además de la dimensión técnica, este acercamiento permite a Venezuela diversificar su mapa de relaciones internacionales en un momento crucial. Las alianzas Sur-Sur adquieren renovada importancia frente a las restricciones impuestas por el sistema financiero occidental. En ese contexto, Kazajistán se presenta como una plataforma estratégica hacia Asia Central y la Unión Económica Euroasiática, espacios donde convergen intereses comunes: el desarrollo soberano, la integración regional y la resistencia frente a mecanismos de coerción externos.
Venezuela como mediador estratégico
La consolidación de la cooperación energética entre ambos países se produce en un momento de fricciones dentro de la OPEP+, donde Kazajistán ha sido señalado por superar sus cuotas de producción.
En febrero de 2025 la producción del país centroasiático alcanzó 1 767 millones de barriles diarios, excediendo en aproximadamente 300 mil barriles su cuota asignada de 1 468 millones. Esta sobreproducción encendió alarmas en el bloque energético. En una publicación del 8 de mayo la revista World Oil señala que:
"Durante dos meses consecutivos la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados acordaron aumentos de producción descomunales que sorprendieron a los operadores y provocaron una caída de los precios. Esta medida se debió en gran medida al deseo del líder del cártel, Arabia Saudita, de castigar a los países miembros, como Kazajistán, que han excedido constantemente sus límites de producción.
El reino advirtió en su última reunión, celebrada el 3 de mayo, que habrá nuevos aumentos de producción si no se cumplen las cuotas del grupo. El Ministerio de Energía de Kazajistán declaró el martes que está considerando sus opciones para cumplir con sus obligaciones de la OPEP+ de reducir la producción, sin dar más detalles".
En este tablero Venezuela, con su experiencia en el bloque, podría estar desempeñando un papel mediador. El país sudamericano ha mantenido un enfoque constante en la estabilidad del mercado energético, promoviendo la consolidación de la plataforma como un organismo crucial en la regulación de los precios del petróleo. De esta manera estaría fortaleciendo su función de articulador en foros multilaterales al posicionarse como un pivote capaz de establecer puentes entre los productores de energía que tienen intereses y ritmos diversos.
Así, la trayectoria de Kazajistán en la gestión de su sector energético, combinada con la vocación de Venezuela por el diálogo multilateral y la construcción de consensos, puede afianzar la cooperación con resultados concretos en el corto plazo y proyección estratégica en el mediano plazo. El pragmatismo compartido y la voluntad de avanzar en una agenda común convierten esta alianza en una palanca de transformación para ambos países.