En abril pasado, cuando Donald Trump arengaba frente al mundo con una larga lista de países sometidos a aranceles unilaterales por parte de Estados Unidos, las bolsas de valores del mundo se desplomaban, con una notable excepción en la región latinoamericana y caribeña.
Ese día, 9 de abril, las actividades de la Bolsa de Valores de Caracas (BVC) se fueron al alza de 1,81%. Para ese cierre de actividades, el Merval argentino sufrió una caída de -10,3%, en Sao Paulo fue de -2,91%, Santiago de Chile reportó un -1,8% y Bogotá registró un -3%.
La noticia pasó desapercibida, tal como suele ocurrir con muchas buenas noticias de la economía venezolana. Pero, en realidad, desde hace varios años casi todo lo concerniente a las actividades de este espacio de inversiones caraqueño ha pasado bajo la mesa en gran medida.
Para referir un ejemplo de esto conviene mencionar que el pasado 9 de julio, en un resumen bursátil divulgado en el canal oficial @Bolsacaracas, se indicó que hasta lo que va de 2025 el Índice Bursátil Caracas (IBC) registró una variación positiva de 223,78%. La cifra en sí misma es astronómica, si se compara con la de otras bolsas del mundo para el mismo periodo.
Por ejemplo, las principales bolsas de Wall Street tuvieron un desempeño "espectacular" en 2024 y sus números son los siguientes: el S&P creció 23,3%, el Dow Jones sumó 12,8% y Nasdaq —donde operan las grandes empresas tecnológicas— creció 28,6%. En Nueva York no se veían cifras similares desde finales de los años 1990.
Volviendo a Caracas, el índice bursátil mide el rendimiento general del mercado de valores; es un valor numérico que se utiliza como referencia para entender cómo está evolucionando un conjunto de empresas y, por extensión, el mercado donde operan.
Lo que sugieren esos datos es que el rendimiento del mercado y de las empresas que participan en él es considerablemente positivo y sintomático de diversas dinámicas internas de la economía venezolana que, por lo usual, no son exploradas en el análisis económico.
ALGUNOS DATOS RELEVANTES
La Bolsa de Valores de Caracas es una asociación privada fundada en 1947. Esta instancia facilita la intermediación ordenada de instrumentos financieros.
Esto consiste en la compra/venta de acciones, bonos, obligaciones, títulos de participación, letras del tesoro y otros activos autorizados para su negociación en el mercado bursátil, conforme con la Ley de Mercado de Valores vigente en Venezuela.
En diciembre de 2024, en su balance al cierre de año divulgado por el medio Finanzas Digital, la Bolsa caraqueña reportó un crecimiento acumulado de 40,7% de enero a noviembre.
La evolución del mercado de renta variable —mercado estrictamente de acciones— se registró un incremento equivalente a 98,57% respecto al mismo periodo de 2023.
Según el reporte, 63,76% de las operaciones se concentraron en los sectores "Banca Universal y Comercial" y "Agricultura y Alimentos Procesados". La capitalización bursátil de estos dos sectores tuvo un crecimiento respecto al mismo lapso del 2023 de 61,45% y 25,06% respectivamente. Es decir, fueron los rubros más activos y mejor cotizados en 2024.
Por su parte, la capitalización bursátil del conjunto de las empresas que forman parte del ecosistema fue de 49,77%.
Igualmente se registró un incremento de 115% en el mercado secundario de los instrumentos de deuda privada, señaló el reporte. El mercado secundario de instrumentos de deuda privada es donde los inversores compran y venden entre sí, instrumentos de deuda que ya han sido emitidos, como bonos privados, pagarés y otros títulos de deuda.
El reporte indicó que la BVC "ha estado trabajando de forma conjunta con la Superintendencia Nacional de Valores, en una nueva actualización de los lineamientos que rigen el Mercado de Otros Bienes".
El objetivo que se persigue con esta nueva reforma, según indicaron, es ampliar las alternativas, vehículos y herramientas que ofrezcan nuevas alternativas de captación e inversión en el Mercado Bursátil de Venezuela para el venidero año 2025.
A la luz de los datos que han emitido a mediados de 2025, como la variación positiva del IBC de 223,78%, parece que las actividades de la Bolsa caraqueña siguen en un considerable impulso.
Según tales números, podríamos afirmar a modo comparativo que la Bolsa de Valores de Caracas es la que tiene el mejor desempeño en el continente y probablemente tenga uno de los mejores registros del mundo durante los últimos dos años.
LA BOLSA Y OTRAS DINÁMICAS DEL PAÍS
Se debe indicar que la Bolsa de Valores de Caracas es, en términos reales, sumamente pequeña, si se considera los montos de sus actividades principales con los de otras bolsas del mundo.
Es decir, de acuerdo con datos de 2024, al hablar de mercado de renta variable, el monto total al cierre de ese periodo fue de 33 231 505,47 dólares negociados.
En total, el monto efectivo colocado en operaciones de renta fija, al cierre de noviembre 2024, alcanzó los 45 031 750,40 dólares.
Por su parte, pese al considerable incremento registrado durante 2024, el mercado de deuda privada alcanzó unos modestísimos 8 619 077,17 dólares.
Se trata de actividades pequeñas para una bolsa en el aspecto relativo a los montos netos, lo cual sugiere que cualquier movimiento de inversiones tiene un impacto significativo en lo porcentual.
Pero ello no desmerita la cualidad y el significado de una bolsa de valores con las características particulares que tiene la caraqueña.
Su rendimiento es más que significativo considerando que, supuestamente, Venezuela es un país sumido en el comunismo más abyecto. Capitalistas venezolanos dixit.
Y, además, la economía venezolana ha debido clausurarse y colapsar hace años a expensas de la "máxima presión" aplicada mediante estrategias de embargo total a las principales actividades comerciales nacionales. Gobiernos estadounidenses y opositores venezolanos dixit.
Lo cierto es que la BVC se ha convertido en un pequeño espacio de interacción de capitales, donde empresarios e inversionistas siguen desarrollando actividades de compra/venta de diversos instrumentos financieros.
Ciertamente, la reducción del flujo de renta petrolera durante estos últimos años ha reducido considerablemente los montos en todos los volúmenes de transacciones en el ecosistema y actividades de bolsa.
Pero, a contracorriente de todo fatalismo, es un espacio donde confluye una amplia gama de actores económicos que se afianzan para fortalecer sus actividades.
Entre ellos destacan, como empresas con títulos más negociados en lo que va de año: Ron Santa Teresa, Banco Provincial (BBVA) y Mercantil Servicios Financieros.
Pero en este ecosistema también figuran empresas estatales, como la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (CANTV) y el Banco de Venezuela (BDV), el más grande del país.
Otras empresas como MAMPA C.A., Envases Vzlos, Protinal y Banco Nacional de Crédito (BNC) también cotizan en la bolsa venezolana.
Los ramos empresariales que predominan en las actividades de la bolsa son las de los sectores bancario y agroalimentario, precisamente dos de los que han tenido mejor desempeño en la economía nacional durante estos últimos años.
Algunos de los componentes que han impulsado el crecimiento de las actividades en la bolsa capitalina han sido la existencia de reglas y regulaciones claras para la actividad mediante una adecuada articulación institucional, así como un mejoramiento del clima de confianza empresarial.
En este sentido, el diálogo y trabajo articulado y constante entre el gobierno venezolano y los diferentes grupos empresariales ha sido efectivo, desde premisas prácticas muy simples como sostener las actividades económicas frente a un contexto adverso —sanciones coercitivas— y reconocer las nuevas realidades objetivas del país desde la necesidad de rediseñar la economía nacional a favor de un modelo postrentista petrolero.
Solo durante este año, según datos del gobierno venezolano, se espera un incremento de 11% en las actividades del sector secundario o industrial en el país. Junto al desempeño de las actividades del sector primario agropecuario y de servicios, la economía venezolana podría desempeñarse en terreno positivo hasta fin de año, pese al fin de algunas licencias petroleras.
Según este orden de posibilidades alcanzables, la economía venezolana mantiene su tendencia al alejamiento de toda forma de colapso, y más bien ha sorteado una difícil recuperación que ha impuesto un nuevo énfasis en todos los ramos de actividades económicas alternas al petróleo.
Esto explica cómo algunos capitales e inversionistas nacionales han acudido a la Bolsa de Valores de Caracas para invertir en empresas venezolanas, en la búsqueda de beneficios y oportunidades.
Cada bolívar y dólar invertido en el ecosistema de la BVC es una ratificación de las expectativas de mejoramiento en el desempeño de las empresas que cotizan en bolsa, pero es también un gesto de confianza por el futuro de la economía del país.
Este nicho de la actividad financiera no es la totalidad de la economía nacional, pero es un buen termómetro de tendencias que son apreciables.
Hay más personas invirtiendo en empresas venezolanas porque confían en que van a seguir creciendo: esperan que la economía venezolana continúe en la actual etapa de expansión.
Y esto es posible porque las condiciones han confluido para tal fin. Por lo tanto, es necesario mencionar, a modo de resumen:
- Una política de reglas y regulaciones claras y debidamente aplicadas.
- Diálogo y articulación entre el gobierno nacional y los actores económicos, que se ha traducido en construcción de políticas y aumento de la confianza.
- Repunte de la inversión privada nacional y extranjera.
- Relanzamiento de la inversión del Estado en áreas y sectores vitales.
- Auge de la iniciativa, el emprendimiento y el repunte de la economía de servicios por parte de pequeñas y medianas empresas, como parte de una respuesta social al contexto económico.
- Un contexto general muy estimulante para el impulso de los motores económicos, con especial énfasis en las actividades económicas no petroleras.
- Marco de relaciones internacionales sometidas a prueba de manera exitosa, que han permitido encarar el contexto adverso generado por las sanciones ilegales.
La Bolsa caraqueña muestra unos rendimientos excepcionales que contrastan con la gran volatilidad en las bolsas de valores del mundo, justo ahora, cuando la Casa Blanca nuevamente atiza la inestabilidad con políticas arancelarias.
Por lo tanto, y tal como referimos al inicio, es altamente probable que algunos inversionistas venezolanos prefieran ahora invertir en empresas nacionales, en lugar de ir con sus capitales al extranjero y someterlos a factores de volatilidad absolutamente impredecibles, especialmente en Estados Unidos.