Mié. 09 Octubre 2024 Actualizado 6:41 am

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Ebrahim Raisi, presidente electo de Irán (Foto: Majid Saeedi / Getty Images)

EEUU usa el "martillo económico" como una guerra menos costosa contra Irán y su Eje

La administración estadounidense ha cambiado su estrategia hacia Medio Oriente sin abandonar sus objetivos y hegemonía. La confrontación militar directa con Siria y Líbano ya no es viable porque los costos humanos y materiales para los Estados Unidos son muy altos. Entonces, ya no se hace necesaria una presencia ni intervención militar significativa en varios países de la región. Por eso, la próxima guerra se ha convertido en una guerra de "sanciones" y en una guerra de sedición. Parece que este tipo de guerra por inanición tiene mayor éxito que cualquier otra guerra previa estadounidense e israelí (fracasadas), sobre todo en Líbano, Siria, Irak y Afganistán.

Irán ha resistido cuatro décadas de "sanciones" sin someterse, sobreviviendo a 41 años de "sanciones" desde 1979 y volviéndose autónoma en muchas áreas necesarias. La producción de Irán de misiles estratégicos de precisión ha protegido al país y a sus aliados de cualquier plan militar hostil en sus territorios. Este es el por qué los Estados Unidos han cambiado la confrontación hacia los aliados de Teherán en el Eje de la Resistencia, que sufren de economías más débiles y vulnerables.

A pesar del apoyo financiero de Irán, el Eje de la Resistencia no puede llegar al mismo nivel de autosuficiencia de Irán en muchos sectores. Los miembros del Eje de la Resistencia existen en un ambiente menos coherente y por ello están expuestos a la falta de consenso societario en sus variedades. Por ejemplo, la intervención de Hezbolá en Siria está en el centro de disensión entre diferentes sectores en la sociedad libanesa, y el país sufre una severa crisis financiera. En Irak, al-Hashd al-Shaabi sufre ataques domésticos y los cofres de Mesopotamia están vacíos. En Siria, al-Qaeda, Turquía y los Estados Unidos aún siguen ocupando el norte del país y previniendo que el suministro de energía principal y de alimentos alcance el 70% del país bajo el control del gobierno sirio.

Entonces, el "martillo económico" de los Estados Unidos contra los aliados de Irán ha cosechado algunos frutos que favorecen a los norteamericanos. La política estadounidense cambia acorde a sus experiencias en Medio Oriente y a los resultados que sus políticas han producido a lo largo de las últimas décadas. ¿Quién tendrá la última palabra entre Washington y el “Eje de la Resistencia”? Washington ha creado un nuevo plan para el Eje de la Resistencia para contenerlo luego de todos los intentos pasados.

Irak

Estados Unidos invadió Irak en 2003, fracasó en imponer estabilidad y falló en atraer a todos, o incluso a la mayoría, de los iraquíes bajo su paraguas. Al contrario, un gran número de iraquíes quieren ver a los Estados Unidos irse de su país de manera permanente. En muchos años de ocupación, los Estados Unidos pagaron altos precios en una guerra y ocupación que asesinó e hirió a cientos de miles de iraquíes, decenas de miles de soldados estadounidense y con un costo de unos 2 billones de dólares.

La guerra contra el ISIS en Irak, los años de corrupción, las rivalidades políticas internas, la mala gestión de los servicios y el colapso infraestructural han producido una complicada situación económica. Posteriormente, el ex primer ministro iraquí Adil Abdul-Mahdi se dirigió a oriente, a China, sin abandonar la relación estratégica de Irak con Occidente. Los Estados Unidos intervinieron para sacarlo del poder a través de protestas callejeras portando legítimas demandas domésticas (falta de electricidad, décadas de corrupción y falta de oportunidades laborales).

El primer ministro Mustafa Al-Kadhimi se encargó de los fondos financieros vacíos, las fuertes deudas y las cargas financieras mensuales que Abdul-Mahdi no pudo afrontar. Esto lo hizo vulnerable y más necesitado de la influencia económica mundial estadounidense y de sus aliados ricos en petróleo en Medio Oriente.

Muchos iraquíes, especialmente aquellos prevalecientes de la categoría (chií) más significativa, protestaron, expresando resentimiento de Bagdad a Basra. Aquí es donde se localiza el reservorio chií. Las manifestaciones demandaron rendición de cuentas a los funcionarios y se posicionaron contra todos los políticos, principalmente aquellos en desacuerdo con los Estados Unidos. Muchos líderes políticos iraquíes están peleando por el poder sin prestar mucha atención al peligro que amenaza a su país. Los Estados Unidos y sus aliados esperan que las venideras elecciones traigan cambios y legue la aptitud de líderes políticos más afables.

Aun así, el embajador británico Stephen Hickey (cuyo término ha vencido) dijo que "es inapropiado tener las próximas elecciones (para octubre) de este año". Los iraquíes rechazaron la interferencia del Reino Unido en sus asuntos domésticos e interpretaron las declaraciones del embajador como que Occidente no quiere que las elecciones se den en su momento.

Sayyid Muqtada al-Sadr sorprendió a todos anunciando su no participación en el proceso político, rechazando participar en las elecciones y retirando la nominación de sus representantes (aunque la fecha límite para el retiro se fijó para el 20 del mes pasado, haciendo de su acción insignificante). Sayyid al-Sadr anunció que ya no apoya al actual gobierno de Al-Kadhimi.

Un funcionario de alto rango en Bagdad lo intepretó como una decisión de al-Sadr, "una maniobra política para atraer la atención hacia él".

"Sayyid Muqtada sabía que las elecciones no ocurrirían en la fecha prevista. Esto se hizo claro para Occidente -por la lista de candidatos hasta el momento registrados- que los mismos partidos dominantes retornarán al poder, y el balance del poder político no cambiará mucho en el futuro. Esto lo motivó a atraer el apoyo necesario hacia su persona y controlar a la población ambulante otra vez", dijo la fuente.

Cualesquiera sean los resultados, Irak -uno de los pilares principales del Eje de la Resistencia- se preocupa en exigir una retirada estadounidense veloz. La influencia estadounidense para inyectar apoyo financiero en Irak es una consideración dominante. En cuanto al costo estadounidense de las protestas internas en Irak, las disputas y desacuerdos internos son un resultado nimio. Esta política da un mayor nivel de control que mantener miles de tropas en el terreno, vulnerable a repetir los ataques de la resistencia iraquí.

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Visión satelital de la base Ayn al-Assad en Irak, ocupado por tropas estadounidenses y atacada por Irán y grupos de resistencia iraquí en los últimos meses (Foto: Planet Labs)

Líbano

En Líbano, los Estados Unidos presionaron al liderazgo israelí de llevar a cabo una guerra para eliminar a Hezbolá en 2006 y fracasaron en conseguir los objetivos de su "Nuevo Medio Oriente". Luego del fracaso de estas guerras costosas y de la derrota del Estado Islámico (ISIS), el Eje de la Resistencia consolidó sus rangos militares y se volvieron más robustos que nunca, provisto de experiencia en combate y de misiles de precisión como nunca antes. Sin embargo, la política estadounidense se orienta hacia el conflicto interno y una guerra económica de bajo costo contra los aliados de Irán.

La moneda local libanesa ha deteriorado y perdido más del 90% de su valor. Los depositantes ya no podían seguir teniendo su dinero de los bancos, las medicinas se han convertido en una rareza en las farmacias y hospitales, escasea la gasolina, la electricidad es casi ausente y los precios de las mercancías se dispararon por las nubes y se han vuelto inalcanzables para la mayoría de los habitantes.

Los Estados Unidos no permitían que el gobierno libanés buscara ayuda de China o para que importantes proyectos rusos rehabilitaran la infraestructura y establecieran refinerías, estaciones eléctricas, trenes y túneles. Tampoco permitirá que los países ricos en petróleo de la región ayuden financieramente al Líbano. El propósito detrás de esto es provocar que la sociedad libanesa, en general, acuse a Hezbolá de ser responsable de la actual crisis, por sus armas que desafían a Israel y a los proyectos de los Estados Unidos para subyugar al Líbano e imponer una normalización con Israel.

Siria

La guerra sobre Siria comenzó en 2011 para "cambiar el régimen", incluyendo el quiebre de la línea de suministro y solidaridad del Eje de la Resistencia. El gobierno central en Damasco fue capaz de restablecer el control sobre más del 70% del país luego de 10 años de sangrienta guerra y de las muertes de cientos de miles de sirios. El costo de la reconstrucción de Siria asciende a medio billón de dólares estadounidenses.

En Siria, la Ley Cesar con medidas disciplinarias contra el gobierno y el banco central sirio -impuesta por los Estados Unidos y los países europeos- enterraron la economía siria y su moneda local. La escasez de petróleo y medicinas y el aumento de los precios de las materias primas, y su disminuida presencia, debilitan la economía del país.

De este modo, las "sanciones" económicas estadounidenses dañan al pueblo y ablandan su habilidad de lidiar con la vida cotidiana de manera mucho más severa que con los 10 años de guerra.

Afganistán

El fracaso y retiro de Estados Unidos de Afganistán está llegando a su fin (mientras dice que mantendría una fuerza permanente bajo la rúbrica del combate al terrorismo). Ello tomó 20 años de sangrientas batallas, matando e hiriendo a decenas de miles de soldados estadounidenses (y civiles y militantes afganos), y gastando más de 2 billones de dólares a los Estados Unidos para entender que su guerra en Afganistán le devolvía el poder al Talibán que controla la mayoría de las regiones afganas.

Yemen

Ansarolá, los hutíes, maniobraron para imponer su presencia sobre una gran parte del país. Estuvieron atacando la ciudad petrolera de Mareb y han probado sus habilidades en la producción de misiles de precisión y drones armados con la ayuda de Irán. Los hutíes se las arreglaron para imponer disuasión sobre Arabia Saudí, a pesar de que Yemen es el país más pobre del Medio Oriente.

De todos modos, la moneda local perdió su valor y colapsó por primera vez en 60 años, de 548 riales yemeníes a 1 mil riales por dólar. El aeropuerto de Saná y los puertos de Yemen aún se encuentra bajo asedio, y el país está sufriendo de hambruna y de la falta de medicinas y petróleo. Los Estados Unidos mantienen el bloqueo de buques petroleros y gasíferos, incluyendo suministros médicos, sin importar la aprobación e inspección de los directores de la ONU.

Así que el barato martillo norteamericano usó su influencia en la región y sus relaciones con Europa para sitiar a las organizaciones y países que rechazan la hegemonía estadounidense y las ambiciones y proyectos de Israel. Entonces, la política de las armas económicas y el conflicto interno por medio de hambrear al pueblo sin enfrentarse al Eje de la Resistencia y sus facciones dan algunos frutos. Parece que provocar el hambre de poblaciones humanas es un arma más valiosa para los Estados Unidos, así desvía la atención de su presencia en Medio Oriente.

Es una estrategia renovada por la cual Estados Unidos usa todos los recursos para decirle a Irán y sus aliados que no se ha rendido y que la victoria será para aquellos quienes permanezcan de pie. Esto indudablemente se relaciona con el curso de las negociaciones nucleares. Si firman algún acuerdo, es bastante probable que se incline la balanza y se restaure la fuerza de los aliados de Irán, que contribuiría a calmar a las inquietas manifestaciones de las poblaciones árabes. Estados Unidos claramente está “aprendiendo”, y esto hará de las próximas negociaciones, esperadas para el mes que viene, más difícil de concluir, o tal vez imposibles de alcanzar.

Más en mi próximo artículo sobre Irán.


Este artículo se publicó originalmente en inglés en el blog de Elijah J. Magnier el 20 de julio de 2021, la traducción para Misión Verdad fue realizada por Ernesto Cazal.

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