Mar. 14 Octubre 2025 Actualizado 10:42 am

Díaz Canel Putin

La campaña alarmista, presuntamente coordinada, de Estados Unidos y Ucrania sobre las consecuencias para la seguridad regional del supuesto combate de los cubanos por el lado de Rusia sugiere que la isla pronto estará bajo mayor presión (Foto: EFE)

Cuba vuelve a estar en el punto de mira de Washington

Reuters informó en exclusiva a principios de octubre que el Departamento de Estado envió un cable no clasificado a docenas de misiones estadounidenses en el que se ordenaba a los diplomáticos que comunicaran a los países que Cuba había enviado hasta 5000 combatientes para apoyar a Rusia contra Ucrania. Los servicios de inteligencia ucranianos promovieron estas afirmaciones en el New York Post, posiblemente en coordinación con el Departamento de Estado, lo que coincidió con la ratificación por parte de la Cámara Alta rusa de un nuevo pacto de cooperación militar con Cuba, que también ha sido objeto de especulaciones.

Algunos sospechan que se trata de formalizar el supuesto canal de reclutamiento militar de Rusia en Cuba que enfureció a algunos funcionarios de La Habana hace dos años, como se analizó aquí en su momento, y que ahora podría incluir tropas formales en la línea de un pacto anterior con Corea del Norte, mientras que otros ven planes más ambiciosos. Alexander Stepanov, experto militar de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública, declaró a TASS que Rusia podría enviar Iskanders e incluso Oreshniks a Cuba en virtud de este pacto.

Según él, esto "crearía un elemento disuasorio eficaz capaz de alcanzar objetivos estratégicamente importantes en territorio estadounidense, manteniendo así el equilibrio de poder y la paridad en las capacidades ofensivas", especialmente en el contexto de los posibles planes de Estados Unidos de enviar misiles de crucero Tomahawk de largo alcance a Ucrania. Esta línea de especulación no es nueva, ya que el vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma, Alexei Zhuravlev, propuso en enero de 2024 que Rusia instalara armas nucleares allí y en otros lugares de la región.

Eso sería sensato en principio, pero poco probable en la práctica, ya que Cuba probablemente no quiera arriesgarse a provocar a Trump para que considere una campaña de máxima presión contra ella, similar a la de Irán, especialmente después de que acaba de ordenar un refuerzo militar regional con el pretexto de detener el tráfico de drogas. Sin embargo, las continuas especulaciones de alto perfil sobre el escenario de que Rusia envíe de nuevo misiles en secreto a Cuba, ya sea desde la agencia TASS, financiada con fondos públicos, o desde un funcionario de la Duma, podrían seguir siendo explotadas con este fin.

Sin embargo, es mucho más probable que se aproveche el cable del Departamento de Estado sobre los combatientes cubanos que apoyan a Rusia contra Ucrania para justificar gradualmente una mayor presión sobre la isla. A este respecto, esta afirmación podría ser cierta (independientemente de si se trata de voluntarios y/o tropas reales), al igual que las anteriores sobre el apoyo de Corea del Norte fueron posteriormente confirmadas por Rusia, pero sería un derecho legal de Cuba permitir a sus ciudadanos cooperar con Rusia de esta manera y/o enviar apoyo directo.

Incluso si eso es todo lo que hay en su pacto recién ratificado, el alarmismo de Ucrania al respecto en el New York Post —que Trump llamó en una ocasión su "periódico favorito"— podría bastar para volver a poner a Cuba en el punto de mira de Estados Unidos. Según ellos, "la experiencia de combate que los ciudadanos cubanos adquieren en Ucrania es un bien peligroso y transferible. Esta experiencia podría utilizarse para entrenar a representantes y desestabilizar otras regiones, en particular en América Latina, amenazando la seguridad de los aliados y socios de Estados Unidos".

No importa que lo anterior sea una especulación, ya que lo único que importa es que Trump, de una forma u otra, llegue a creer (ya sea por su cuenta o por insistencia de sus asesores más cercanos) que se trata de un escenario creíble y, en consecuencia, autorice una política más enérgica contra Cuba. Esto podría incluso estar impulsado por intereses electorales cínicos de cara a las elecciones de mitad de mandato del próximo otoño, pero disfrazado de interés para la seguridad nacional de Estados Unidos. Por lo tanto, los observadores deben seguir de cerca las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en el futuro.


Este artículo se publicó originalmente en inglés en el Newsletter de Andrew Korybko el 14 de octubre de 2025, la traducción para Misión Verdad fue realizada por miembros de la sala de redacción.

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