Vie. 11 Octubre 2024 Actualizado 2:18 am

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El fundador y director ejecutivo de Telegram, Pavel Durov, durante un discurso en España (Foto: Reuters)

La misteriosa detención de Pavel Durov, CEO de Telegram

El 24 de agosto la policía francesa arrestó a Pavel Durov, fundador de la aplicación de mensajería Telegram, tras aterrizar en el aeropuerto de París-Le Bourget en un avión privado procedente de Azerbaiyán. Según reseñan medios franceses, se había emitido una orden de captura contra el empresario ruso de 39 años en el marco de una investigación preliminar.

El país lo acusa de cómplice de tráfico de drogas, delitos de pederastia y fraude toda vez que existe "poca moderación en Telegram" y Durov no ha cooperado "lo suficiente" con la policía para investigar estos casos. Este lunes, 26 de agosto, se prorrogó por 48 horas más su detención preventiva y, una vez cumplido el plazo, las autoridades deben decidir si lo dejan libre o presentan cargos en su contra.

El proceso judicial se abrió hace un mes en torno a 12 supuestas infracciones penales que incluyen complicidad para la venta de material de abusos sexuales a menores y tráfico de drogas, fraude, complicidad en transacciones del crimen organizado y negativa a compartir información, o documentos, con investigadores cuando lo exige la ley. 

Las oficinas antifraude y cibercrimen de Francia están encargadas de las investigaciones y, si se encuentran pruebas suficientes, podría cumplir hasta 20 años de cárcel. Durov está sometido a la justicia de ese país porque en 2021 obtuvo la ciudadanía. Además de ruso de nacimiento, también es ciudadano de los Emiratos Árabes Unidos y de San Cristóbal y Nieves.

Para la columnista y presentadora francesa Rachel Marsden resulta curioso que el empresario haya obtenido la nacionalidad francesa sin siquiera haber vivido en el país, ya que se requieren como mínimo cinco años de residencia con pago de impuestos incluidos en ese lapso.

Las reacciones

La detención de Durov ha generado diversas reacciones e interpretaciones. Por una parte señalan que la aplicación de mensajería se ha convertido en receptáculo de escorias, terroristas, blanqueadores de dinero, narcotraficantes, pedófilos y, por otra, que se trata de un pretexto del establishment occidental para eliminar a un fuerte competidor de las grandes corporaciones de redes sociales con ribetes de rusofobia.

Rusia exigió una explicación sobre los motivos de la detención del empresario y que se garanticen sus derechos. Como ciudadano emiratí, los Emiratos Árabes Unidos exigieron que Francia proporcione a su ciudadano acceso urgente a todos los servicios consulares necesarios.

"Los oficiales de París no muestran desprecio, sino la eliminación de los valores que antes proclamaban, incluida la libertad de expresión", dijo la portavoz de Exteriores, María Zajárova.

Por su parte, el expresidente de Rusia y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvédev, declaró que en una conversación con Durov le había advertido que su negativa a colaborar con las fuerzas del orden en casos relacionados con crímenes graves le plantearía problemas en cualquier país.

"Para todos nuestros enemigos comunes, es ruso, y por lo tanto impredecible y peligroso, de sangre diferente", dijo, y añadió que Durov "debe comprender de una vez por todas que la patria, como los tiempos, no se elige".

El presidente francés Emmanuel Macron insistió en que el arresto de Durov no se trata de una "decisión política". "Francia está más que nada apegada a la libertad de expresión y de comunicación, a la innovación y al espíritu de empresa", escribió en X Macron. La Unión Europea (UE) se mantiene al margen y declara que se trata de "un asunto que compete al Estado miembro correspondiente". 

El exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (la NSA) y de la CIA Edward Snowden se refirió a la detención del empresario como un "ataque a los derechos humanos fundamentales" y a la libertad de expresión. En esa misma línea se pronunció el propietario de X, Elon Musk, el periodista estadounidense Tucker Carlson y el inversor de Silicon Valley, David Sacks.

En la mira de la inteligencia gringa

En abril de este año el CEO de Telegram ofreció una entrevista a Carlson en la que afirmó que la empresa, y él personalmente, se enfrentaban a presiones de diferentes gobiernos, así como de Apple y Google.

Detalló que el FBI intentó convencer a uno de sus ingenieros para que básicamente comenzara a instalar puertas traseras amigables con Occidente que permitirían a los servicios de inteligencia un fácil acceso a los contenidos. Agregó que parecían particularmente interesados en infiltrarse en grupos que se oponían a los mandatos y las vacunas contra el Covid.

La idea que está cobrando más fuerza es la del chantaje para que Durov abra una puerta trasera a Telegram a cambio de su libertad, según explicó a Sputnik la periodista de investigación Lucy Komisar, para "reforzar el control de las plataformas de internet que permiten opiniones que desafían al Occidente colectivo".

Tras la detención de Durov, Telegram calificó de "absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables del abuso de esa plataforma", con lo que insinuó que de alguna manera no son responsables de que la red social se use con otros fines. Asimismo, reafirmó que la empresa cumple con las leyes locales, incluida la Ley de Derechos Digitales (DSA) de la UE, e incluso con las sanciones contra Rusia.

No se sabe cuál será el destino final del fundador de Telegram porque el proceso de judicialización está en pleno desarrollo, pero lo más posible es que sea fuertemente presionado para que la red social deje espacios abiertos a los servicios de inteligencia occidentales. Estas puertas traseras intencionadas son muy frecuentes en plataformas como WhatsApp, por ello la empresa del ruso destacaba en seguridad.

En un momento cuando hay una gran censura para acallar la cobertura de la guerra en Ucrania por fuentes que no siguen la línea del establishment y la denuncia del genocidio israelí en Gaza, Telegram fungía como un espacio donde no operaban los mecanismos de prohibición creciente que pueden verse en prácticamente todos los medios y plataformas de redes sociales.

Tanto Rachel Marsden como el analista Pepe Escobar sostienen que la orden de arresto fue escrita justo cuando aterrizó el jet privado Embraer de Durov, y bajo esa misma atmósfera de ilegalidad y secretismo se realizará el juicio contra el ruso.

Le Canard Enchaîné, reconocido medio de investigación francés, reseñó que Durov declaró a los interrogadores que el día de su detención tenía una cena citada con el presidente Macron, lo que explica su sorpresa al momento de la llegada a París. No tiene lógica que busque entrar a un país donde tiene abierta una investigación penal.

Esta detención, con sus numerosas inconsistencias procesales, se da al mismo tiempo que Meta, la compañía madre de WhatsApp, Facebook e Instagram expresara que bloquearía y suspendería cuentas y contenidos que emplearan la palabra "sionismo" por considerarla "discurso de odio". Según Haaretz, Durov ignoró solicitudes privadas del gobierno israelí de "moderar" contenidos "propalestinos" en Telegram. 

Pero esto ocurre en la misma línea temporal en la que el periodista independiente Richard Medhurst fue detenido en el aeropuerto de Heathrow, Londres —donde reside—, amparados en leyes antiterroristas, y cuando Nueva Zelanda aprueba la extradición a Estados Unidos del empresario de la tecnología Kim Dotcom, el creador de Megaupload, por infringir leyes de propiedad intelectual. 

Vistas en su conjunto, todas estas detenciones y actos de censura extensiva describen un patrón en cuyo centro se encuentra el control narrativo de los eventos dramáticos que hoy signan el mundo, en un ambiente donde los estándares de medios y convenciones en el llamado "Occidente colectivo" no solo certifican un declive notorio sino que, a través de plataformas como Telegram, se establecen enunciados alternativos que exponen en el proceso la deriva totalitaria y el pensamiento grupal que signa la trágica existencia de los poderes transatlánticos.  

Otros datos sobre Telegram y Durov

  • Le dicen el Zuckerberg ruso porque en 2006 creó, junto con su hermano Nikolái, la red social VKontakte —ahora VK—, apodada como el Facebook ruso.
  • En el 2013, Pavel y su hermano fundaron Telegram. Inicialmente, la sede de la empresa se encontraba en Berlín, pero en el 2017 fue trasladada a Dubái (Emiratos Árabes Unidos) por la ausencia de impuestos en los emiratos.
  • En abril del 2014, Durov abandonó Rusia y obtuvo la ciudadanía de San Cristóbal y Nieves, donde donó 250 mil dólares a una empresa local.
  • La plataforma fue bloqueada en Rusia entre los años 2018 y 2020 por denuncias legislativas debido a los parámetros técnicos del sistema de cifrado.
  • En 2015 Durov confirmó que el Estado Islámico usa Telegram, pero señaló que el movimiento yihadista siempre encontrará el modo de hacerlo, con esta aplicación o con otro medio: "Sigo pensando que estamos haciendo lo correcto protegiendo la privacidad de los usuarios", dijo en defensa.
  • Telegram alcanzó los 950 millones de usuarios activos mensuales de todo el mundo. Últimamente se proyecta como superior a su competencia WhatsApp debido a la eficiencia de la multiplataforma.
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